El panorama del software de oficina y los sistemas operativos experimenta una transformación clave a raíz del inminente fin del soporte para Windows 10 y la creciente preocupación por la dependencia tecnológica de grandes corporaciones estadounidenses. Diversos gobiernos, organizaciones y usuarios particulares observan en Linux y LibreOffice una alternativa sólida para garantizar autonomía, privacidad y control sobre sus datos y procesos digitales.
La administración pública, especialmente en Europa, se convierte en terreno de prueba para este cambio. Dinamarca se sitúa a la cabeza de la tendencia, marcando el paso para países y entidades que buscan preservar su soberanía digital y reducir los costes asociados a licencias y renovaciones de hardware impuestos por el ciclo de vida de los productos de Microsoft.
Dinamarca: migración institucional hacia Linux y LibreOffice
En los últimos meses, el Ministerio de Digitalización de Dinamarca, liderado por Caroline Stage Olsen, ha anunciado la sustitución progresiva de Windows y Microsoft Office por Linux y LibreOffice en su plantilla. El objetivo es que en cuestión de meses, más de la mitad del personal trabaje con soluciones de software libre, extendiéndose gradualmente al resto en función de los resultados.
Este giro responde tanto a motivos económicos —la factura de licencias y hardware ha aumentado de manera significativa— como a la necesidad estratégica de no depender de un único proveedor extranjero. Copenhague y Aarhus, principales ciudades del país, han avanzado en la misma dirección, acompañando el proceso con formación, planes de convivencia de formatos y la posibilidad de revertir parcialmente la migración si surgen complicaciones técnicas que impidan el funcionamiento habitual.
El movimiento danés no es aislado, sino que forma parte de una corriente europea que busca salvaguardar los intereses nacionales y regionales frente a la volatilidad geopolítica y los cambios en la industria tecnológica. Destacan también apegos a estándares abiertos y la protección de datos, junto a la inquietud por la influencia de los lobbies y la variabilidad política.
El fin de Windows 10 como motor de cambio
El 14 de octubre de 2025 será la fecha límite para las actualizaciones de seguridad de Windows 10, afectando a millones de equipos que no cumplen los requisitos para migrar a Windows 11. Organizaciones como The Document Foundation (TDF), responsables de LibreOffice, han aprovechado este contexto para lanzar campañas y consejos claros: apostar por Linux y LibreOffice supone mantener equipos funcionales, evitar gastos innecesarios y sortear los límites de las políticas de licencia restrictivas.
Entre los argumentos esgrimidos por la comunidad de software libre destacan:
- Evitar la obsolescencia artificial de hardware y las inversiones forzosas en nuevos dispositivos.
- Recuperar el control sobre cómo se usan y gestionan los datos personales y los contenidos.
- Eludir costes ocultos derivados de suscripciones obligatorias y modelos de pago por servicios en la nube.
- Beneficiarse de un entorno estable, seguro y respetuoso con la privacidad.
Proyectos como «End of 10» y la colaboración de KDE con TDF refuerzan la idea de que actualizar el software y no el hardware es la opción más responsable y sostenible para el futuro tecnológico.
Ventajas y desafíos de la migración a Linux y LibreOffice
La migración a Linux y LibreOffice presenta ventajas notables, tanto para usuarios individuales como para entornos corporativos y administrativos. La compatibilidad con formatos de Microsoft Office y la libertad de restricciones permiten una transición fluida en tareas habituales.
No obstante, el ecosistema de software libre reconoce ciertos desafíos: la curva de aprendizaje, especialmente para quienes no tienen experiencia previa; la adaptación de determinados flujos de trabajo; y la posible ausencia de aplicaciones o servicios muy específicos en Linux. Por ello, las fundaciones y comunidades promueven una transición progresiva, realizando pruebas en particiones o equipos secundarios y verificando la compatibilidad del hardware y software necesario antes de abandonar definitivamente el entorno anterior.
LibreOffice refuerza el soporte en plataformas modernas y prioriza el desarrollo en sistemas Linux, dejando atrás la compatibilidad con sistemas antiguos de Windows (7, 8 y 8.1). Esto permite optimizar recursos y enfocar mejoras en rendimiento, seguridad y la adherencia a estándares abiertos.
Recomendaciones para dar el salto a Linux y LibreOffice
Para quienes consideran cambiar de sistema, las recomendaciones son claras:
- Probar Linux y LibreOffice en una segunda partición, máquina virtual o desde un USB antes de la adopción definitiva.
- Verificar que los programas y dispositivos necesarios funcionen correctamente con el nuevo sistema.
- Aprovechar la extensa documentación y el apoyo de las comunidades, que ofrecen asesoramiento y guías detalladas para facilitar la adaptación.
- En organismos y empresas, plantear el cambio en departamentos no críticos inicialmente, con margen para revertirlo si surgen obstáculos.
La migración no resulta tan compleja ni costosa como podría parecer y la flexibilidad que ofrece el software libre permite alcanzar mayor independencia tecnológica. La adopción de Linux y LibreOffice responde a una reflexión profunda sobre recursos responsables, protección de datos y control tecnológico, permitiendo a usuarios e instituciones afrontar los retos del futuro digital con mayor libertad y autonomía.