- Microsoft Defender es una de las principales herramientas de protección en Windows, pero enfrenta desafíos frente a nuevas técnicas y programas maliciosos.
- Algunos programas pueden desactivar Defender aprovechándose de funciones legítimas del sistema o suplantándolo como otro antivirus.
- La inteligencia artificial está siendo usada por hackers para saltarse las defensas de Microsoft Defender, aunque su efectividad actualmente es limitada.
- Mantener actualizadas las protecciones, gestionar los permisos y conocer los datos que recopila Windows son pasos clave para la seguridad y la privacidad.

La seguridad en los sistemas Windows se apoya de forma destacada en Microsoft Defender, el antivirus que viene de serie. Con el paso del tiempo ha pasado de ser visto como una solución básica a convertirse en una opción que muchos consideran suficiente para el usuario medio. Sin embargo, el entorno digital está en constante evolución y las amenazas, tanto tradicionales como nuevas, no dejan de buscar formas de dejar sin efecto a este tipo de herramientas.
Proteger un ordenador actualmente no es solo instalar un antivirus y olvidarse. Los atacantes recurren a técnicas cada vez más ingeniosas, e incluso algunas aplicaciones aprovechando funciones legítimas del propio Windows pueden llegar a desactivar Microsoft Defender en segundo plano, sin que el usuario se dé cuenta. Por ello, es más importante que nunca conocer cómo mantener la seguridad activa, cómo evitar que otros programas desactiven el sistema anticiberataques de Microsoft y ser conscientes de las nuevas amenazas que surgen, incluyendo el uso de inteligencia artificial para superar las defensas de Windows.
Cómo pueden los programas desactivar Microsoft Defender
Recientemente han salido a la luz casos de programas maliciosos, como Defendnot, que logran inutilizar Microsoft Defender utilizando herramientas que Windows permite de manera predeterminada. Estos programas manipulan configuraciones del sistema o simulan ser otro antivirus, lo que provoca que Defender se apague automáticamente para evitar conflictos.
Para evitar esto, existe una función de protección contra manipulaciones en la configuración de seguridad de Windows. Esta opción bloquea cualquier intento de modificación de la seguridad sin el consentimiento del usuario. Es fundamental asegurarse de que esta opción está habilitada siguiendo estos pasos:
- Abrir Seguridad de Windows desde el menú Inicio.
- Ir a Protección contra virus y amenazas.
- Entrar en Administrar la configuración.
- Comprobar que la Protección contra manipulaciones está activada.
De este modo, aunque un programa malicioso intente cambiar la protección, Windows lo impedirá sin permiso expreso, proporcionando una capa de seguridad adicional.
Otro aspecto crítico es el uso de permisos de administrador. Muchas aplicaciones que buscan desactivar Defender necesitan tener este tipo de permisos. Por ello, es recomendable desconfiar de cualquier programa que solicite ejecutarse como administrador si no se sabe exactamente para qué lo necesita. Además, usar una cuenta estándar en lugar de una con privilegios totales puede evitar errores o manipulaciones accidentales.
Por último, Microsoft Defender se desactiva automáticamente si detecta otro antivirus instalado en el sistema. Esta función está pensada para evitar conflictos, aunque también puede ser aprovechada por programas maliciosos que simulen ser antivirus. Para mayor tranquilidad, escoger un antivirus de terceros fiable puede reforzar la protección en casos de dudas.
Microsoft Defender frente a la inteligencia artificial y nuevas amenazas
La presencia masiva de Windows en ordenadores de todo el mundo convierte a Microsoft Defender en un objetivo prioritario para los ciberdelincuentes. Los últimos avances muestran que la inteligencia artificial se está empleando ya como herramienta para crear ataques capaces de superar las defensas de Windows.
Un ejemplo relevante se presentará en la próxima conferencia Black Hat, donde investigadores han desarrollado un modelo de IA específico para superar Microsoft Defender. Por ahora, la tasa de éxito ronda el 8%, un dato modesto, pero que despierta inquietud por el potencial de crecimiento de estas técnicas. La rápida evolución de la IA podría dar lugar en poco tiempo a amenazas mucho más sofisticadas.
Este desarrollo ha sido posible con una inversión reducida y en poco tiempo, lo que plantea más dudas sobre lo accesible que puede resultar para los grupos criminales. Los expertos recomiendan que Microsoft y el sector de la ciberseguridad se anticipen reforzando las defensas, incluyendo el desarrollo de inteligencia artificial defensiva que contrarreste estos ataques emergentes.
Impacto de Microsoft Defender en el rendimiento del sistema
Un tema frecuente entre los usuarios de Windows es la posible ralentización del equipo al tener el antivirus activo. Pruebas realizadas indican que Microsoft Defender puede afectar el rendimiento en tareas específicas, como la descompresión de archivos desde el Explorador de Windows. En un test reciente, descomprimir un archivo con Defender activo resultó ser más de un 50% más lento en comparación con realizar la misma tarea sin protección activa.
No obstante, el mayor cuello de botella no reside solo en el antivirus, sino también en el propio Explorador de Windows frente a alternativas como PowerShell o programas gratuitos como 7Zip, que pueden realizar estas operaciones de forma mucho más rápida. Para quienes trabajan con archivos de forma intensiva, puede ser recomendable alternar herramientas o ajustar las opciones del sistema para mejorar la experiencia sin sacrificar la seguridad.
Privacidad y datos que recopila Microsoft Defender
Además de ofrecer protección frente a amenazas, Microsoft Defender y otros servicios de seguridad de Windows recopilan datos sobre el uso, rendimiento y actividad. Si bien esta información es útil para detectar patrones de ataque y mejorar las respuestas, también genera preocupaciones en cuanto a la privacidad del usuario.
Entre los datos recogidos de forma obligatoria están los datos técnicos del sistema, informes de errores, estado de actualizaciones y detalles de configuración. Asimismo, servicios como Windows Defender SmartScreen envían datos de navegación y actividad para mantener la protección en línea.
El usuario puede decidir compartir o no ciertos datos opcionales, como el historial de navegación, estadísticas de uso o datos de escritura y voz. Desactivar esta recopilación opcional se realiza en la configuración de privacidad y seguridad, específicamente en Diagnóstico y Comentarios, para limitar la cantidad de información transmitida a Microsoft.
Gestionar estos permisos ayuda a equilibrar una experiencia personalizada con una mayor privacidad, por lo que es recomendable revisar estas opciones tras cada actualización del sistema.
Actualizaciones y colaboración para reforzar la seguridad
Para mantener la protección, es esencial mantener Windows y Microsoft Defender actualizados. Microsoft lanza periódicamente parches y actualizaciones para corregir vulnerabilidades que podrían ser explotadas por las amenazas más recientes. Ignorar estos parches puede dejar el sistema vulnerable, incluso si el antivirus está activo.
Tras incidentes recientes, como fallos en software de seguridad de terceros que provocaron apagones masivos, Microsoft y otros proveedores han intensificado la colaboración para establecer estándares compartidos y sistemas de defensa conjuntos. El objetivo es prevenir que un fallo de seguridad comprometa varias plataformas simultáneamente.
La tendencia apunta hacia soluciones integradas que utilizan inteligencia artificial para detectar y responder a ataques en tiempo real, así como facilitar el rastreo de incidentes y gestionar brechas de seguridad.
Activar la protección contra manipulaciones, gestionar permisos de administrador y mantener el sistema actualizado son medidas sencillas pero efectivas para reforzar la protección. La seguridad en Windows cada vez más depende de la combinación de tecnología avanzada y la actitud activa del usuario frente a las actualizaciones y configuraciones.